Una fisura anal es un corte longitudinal en el anodermo: comienza en el borde anal y puede extenderse hasta la línea dentada. Cerca del 90% de las fisuras anales se localizan en la región media posterior del ano. El 10% es anterior. Cualquier fisura que no se localice en la posición anterior o posterior debe alertar al médico sobre la posibilidad de otros diagnósticos, como la enfermedad de Crohn, úlcera leucémica, tuberculosis, sífilis, cáncer y úlceras relaccionadas con VIH.
Se desconoce la causa de las fisuras anales pero con el empleo de flujometría láser Doppler se demostró que el área posterior del anodermo no está también perfundida como otras áreas del anodermo, lo cual se cree que un aumento del tono en el músculo del esfínter interno puede provocar una disminución del flujo sangúineo y a su vez un proceso de ulceración isquémica y consecuentemente la fisura.
Las fisuras suelen ser muy dolorosas a la presión y los pacientes manifiestan que la sensación durante la defecación es semejante a la de pasar una hoja de afeitar. Luego de la defecación los pacientes pueden sentir dolor continuo o ardor durante varias horas. Puede observarse sangre roja brillante en el papel higiénico. En el examen físico puede observarse un pólipo edematoso blando en el sitio distal a la fisura. La retracción simple de los glúteos suele aumentar el dolor y provoca espasmo del músculo del esfínter anal. El tacto rectal provoca un dolor inhumano, aumenta el espasmo y debe evitarse. Si el diagnóstico es dudoso debe efectuarse un tacto rectal bajo anestesia.
Las fisuras pueden ser agudas o crónicas. Las primeras son simplemente un corte y las segundas muestran signos de cronicidad con bordes enrollados, fibrosos, úlcera profunda con exposición del esfínter interno subyacente, agrandamiento del tejido en la línea dentada (papila anal hipertrofiada) y pólipos cutáneos edematosos en el borde anal distal.
Tratamiento:
El ttº inicial de las fisuras agudas es la modificación de la dieta con el aumento progresivo de fibra y el aumento de la ingestión de líquidos. Los baños de asiento relajan el esfínter y puedan proporcionar cierto alivio. Las fisuras agudas responden mejor que las crónicas a estas medidas.
El ttº estándar de las fisuras anales crónicas fue la cirugía, esfinterectomía lateral interna, y se demostró que el 96% presentó resultados muy buenos a excelentes en un seguimiento de 4 a 20 años en un estudio a largo plazo.
Los pacientes que requieren consideraciones especiales son las mujeres puérperas, ya que la sección del esfínter anal puede ser perjudicial. Una mujer puérpera con fisura anal es preferible efectuar un colgajo de avance.
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